sábado, 5 de febrero de 2011

Enamorado poeta

Quisiera regalar algo a los demás poetas,
especialmente a aquellos que están enamorados;
algo para quienes  han dejado de llorar en silencio de la noche,
sin paños ajenos con que ensuciar sus lágrimas.

Quisiera regalar algo a los demás enamorados,
que terminan por convertirse en poetas ajenos
con jefes y seudónimos,
pero especialmente a vos, compañero poeta,
que te encontrás ahora ausente de soledad y de cigarrillos,
recursos que malgastaste esperando a otra
que supiera compartir un ratito de soledad con vos,
un cigarrillo con desconfianza
una sonrisa con inocencia
una recta para para querer,
ahora sin desconfianza,
y sin preocupaciones.

Quisiera ser como vos, compañero poeta
y poder honrar esta amistad con tan sutiles líneas
como aquellas que hablan de burlas y celos,
de escritos y cafés;
de derechos de autor
cobrados con cerveza.

Quisiera poder encontrar
mi alegría en los ojos de mi amada
y sentirme a gusto en su casa
en su cuerpo
en su sonrisa,
y decir luego con alegría
que es menos de lo que ambos esperamos que sea.

Me alegra, sobremanera,
que podás escribir versos enteros
sobre la forma en que su sonrisa se pierde entre tus besos
su pelo se entrelaza entre sus dedos
y su mirada te cuenta historias
de un pasado
que sólo importa a la hora de contar
las horas que han estado juntos.

Lo siento, perdí el norte
éstas líneas eran para los enamorados.

Es decir para vos, compañero poeta.


05 de Febrero del 2011

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