sábado, 15 de enero de 2011

De improvisto

Asendereado, único adjetivo que encuentro práctico para referirme a mi camino,
aunque mi corazón podría ser también denotado por éste
existen otros, también algo usuales
como rutinario o frecuentado
corriente, acostumbrado
monótono diría uno;
todo caso,
mi corazón es experto en improvisaciones
y dulzuras,
en silencios
y ternuras,
adicto a la nicotina
y a otras sustancias con sufijos similares,
tal vez igual de adictivas
caminante, con la noche a sus espaldas,
prefiere escribir
así no sea una sustancia
y luego volverlo todo un puñado de sinsentidos.

Se consume,
llora,
y retoma las líneas dejadas sueltas al aire
que hoy siguen sin dueña
pero tienen motivación válida,
válida.

Improviso, ahora soy yo quien lo hace,
y escribo este poema de imprevisto;
improviso entonces,
vino con un poco de agua
tinta con un poco de sangre
caricias con un poco de alegría
besos con un poco de nostalgia,
e improviso más.

Hago una pausa
y me doy cuenta
que tus sonrisas
no se improvisan.

15 de Enero del 2011



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